La falta de aire, ese dolor indescriptible en el pecho, las lágrimas incontrolables, la falta de equilibrio. Todo se cae a su alrededor, ella se desmorona. La noticia la asfixiaba. Conocía tan bien esa sensación, que la angustiaba el doble de lo que en realidad ya estaba. Pensaba que lo había superado todo, que nunca volvería a pasar por eso. Pero estaba terriblemente equivocada. Cada cosa de su habitación le recordaba que nunca estuvo en lo cierto por mucho tiempo. ¿Por qué todos la abandonaban? Esa pregunta de mierda otra vez. Solamente que en esta situación no se trataba de amigas, ídolos o parientes fallecidos. Se trataba de su familia entera. ¿Por qué tenían que ser así? Esa decisión no podía hacerle bien a nadie.